Round 2 de Let's Festival y seguimos sin parar por nuestra casa, y es que cuando los porteros de la Sala Salamandra te recuerdan y en cambio el portero de tu edificio no, es que tienes un problema.
Empezamos la noche con Edith Crash, una joven emergente en la escena nacional de la que ya os hablamos anteriormente. Ella sola ha interpretado alguno de sus temas que, al igual que en su disco, derrochan carácter y fuerza. Esta noche ha demostrado que ella sola es capaz de ser una mujer orquesta sin ningún tipo de dificultad. Incluso podemos destacar la interpretación de De L'Autre Côte que ha conseguido dejar a más de uno con la boca abierta.
Damos paso con esto a Betunizer, y es que los valencianos venían con ganas de arrancar la noche y lo han conseguido. Ya con una sala casi llena repasaron temas de su último disco Quien Nace Para Morir Ahorcado Nunca Morirá Ahogado e incluso presentaron alguno de los nuevos temas que incluirá su nuevo disco que desde ayer se puede escuchar en exclusiva en la web de Rockdelux. Un directo enérgico del que podemos destacar a su bajista Pablo Peiró o la aparición de Za! en el escenario dando un punto de locura al directo.
Ya les habíamos visto irrumpir en un escenario con un cencerro y todo tipo de bailes pero para los que teníamos poco escuchados a Za! o nunca les habíamos visto en directo, os podemos asegurar que es una experiencia que no te deja igual. Puede gustarte más, menos o nada, pero es un concierto del que te vas a acordar. Dos únicas personas en un escenario, samplers, guitarras y todo tipo de percusión para la locura llevada al terreno musical. Y es que este par de chicos demuestran que pese a que a veces no seas capaz de saber a dónde te llevarán sus temas, la calidad a la hora de tocar está siempre presente. Si como a nosotras, no os gusta poner etiquetas, no lo intentéis con Za!, porque si algo queda claro es que tienen un estilo difícil de catalogar. Por cierto, su directo también fue visitado por miembros de Betunizer y Pony Bravo en lo que más adelante acabaría siendo una fiesta bautizada previamente como Zaponyzer.
Llegamos al final de la velada, la gente está animada y esto no se para, es pasada la una de la mañana pero es viernes y la noche es joven. Salen los sureños Pony Bravo que empezaron directamente con La Voz del Hacha, gracias a la que consiguieron meterse al público en el bolsillo desde el primer tema. Con la sala ya bailando de la misma manera que los instrumentos por las manos de sus componentes, ya que pudimos ver bajo, guitarra y batería intercambiar instrumentos y coros sin ningún tipo de problema. Destacando la voz de su cantante, quién a los teclados, hace de maestro de ceremonia de una buena mezcla musical como es esta banda.
Entonces llega el momento Zaponyzer en su máximo esplendor cuando se interpreta la Rave de Dios y miembros de las tres bandas demuestran que no solo son compañeros y amigos si no que se entienden sobre un escenario incluso a altas horas de la madrugada. Y es que con estos chicos, como tanto sacan una trompeta, como comparten batería o se lanza a cantar el bajista, nunca sabes como va acabar la noche... o con quién en el escenario!
k.
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